Una historia que empezó con una idea: “Mucha luz, poca lámpara”.
Lumina, un fabricante de productos de iluminación cuyas principales fortalezas son la capacidad de construcción y el control de calidad al servicio de lámparas simples y tecnológicas, surgió de la visión de Tommaso Cimini.
Fue en 1975 cuando Tommaso Cimini realizó el primer prototipo de Daphine, una lámpara de sobremesa que aún nos piden museos, bibliotecas, diseñadores e innumerables clientes particulares.
Con su ingenio, creatividad y conocimiento de los materiales, fue capaz de reequipar las máquinas de su taller para producir las formas esenciales de Daphine. En ese entonces los medios eran escasos, pero su pasión por la iluminación era enorme.
Con su ingenio, creatividad y conocimiento de los materiales, fue capaz de reequipar las máquinas de su taller para producir las formas esenciales de Daphine. En ese entonces los medios eran escasos, pero su pasión por la iluminación era enorme.
Cuando Tommaso Cimini fundó Lumina en 1980 en Italia, ya tenía muy claro un principio: es la función la que genera la forma. Como había sucedido de hecho con Daphine, una lámpara lineal, esencial e incluso icónica en la que se basaría la historia de la empresa.
La voluntad de mantener la producción en el sitio original, la capacidad artesanal innata y el control de calidad siguen siendo, después de 40 años, las fortalezas clave de Lumina. El legado del fundador está claramente activo en la cultura empresarial de la empresa.
Una historia que empezó con una idea: “Mucha luz, poca lámpara”.
Lumina, un fabricante de productos de iluminación cuyas principales fortalezas son la capacidad de construcción y el control de calidad al servicio de lámparas simples y tecnológicas, surgió de la visión de Tommaso Cimini.
Fue en 1975 cuando Tommaso Cimini realizó el primer prototipo de Daphine, una lámpara de sobremesa que aún nos piden museos, bibliotecas, diseñadores e innumerables clientes particulares.
Con su ingenio, creatividad y conocimiento de los materiales, fue capaz de reequipar las máquinas de su taller para producir las formas esenciales de Daphine. En ese entonces los medios eran escasos, pero su pasión por la iluminación era enorme.
Con su ingenio, creatividad y conocimiento de los materiales, fue capaz de reequipar las máquinas de su taller para producir las formas esenciales de Daphine. En ese entonces los medios eran escasos, pero su pasión por la iluminación era enorme.
Cuando Tommaso Cimini fundó Lumina en 1980 en Italia, ya tenía muy claro un principio: es la función la que genera la forma. Como había sucedido de hecho con Daphine, una lámpara lineal, esencial e incluso icónica en la que se basaría la historia de la empresa.
La voluntad de mantener la producción en el sitio original, la capacidad artesanal innata y el control de calidad siguen siendo, después de 40 años, las fortalezas clave de Lumina. El legado del fundador está claramente activo en la cultura empresarial de la empresa.
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